Había una una vez unos ratoncitos, que iban caminando, luego vieron a un gato que iba corriendo tras un perro, y un ratón dijo: Salvemos al gato. Pero el gato se escondió.
Luego vino un ratón y le dijo: ¡psss! oye ven para acá, y el gato respondió:
-Está bien.
Después el gato se dio cuenta de que el perro estaba vigilando y no quiso salir y el ratón dijo:
-¿Quieres estar a nuestra familia?
Y el gato respondió: -No lo sé, lo voy a pensar.
El gato pensó, pensó, y pensó y luego cambió de tema e hizo un plan:
-Vamos a decirle que venga para acá y lo atrapamos.
Después de atrapar al perro lo echaron de la casa y quedó afuera para siempre y el gato dijo:
-Esta bien, estaré con ustedes para siempre.
Y todos vivieron por siempre.
Recuerda que no debes separarte de las familias buenas y sí de las familias malas
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