Había una vez un conejo que siempre estaba en su madriguera viendo televisión.
Un día a un pato lo perseguía un cazador porque era temporada de pato y entró en la madriguera del conejo y le dijo:
-Vete de aquí.
-Pero ¡me están persiguiendo!
-No importa vete.
Y el conejo se fue y por suerte no lo cazaron.
Otro día era temporada de conejo y el conejo fue al nido del pato y le dijo:
-Ayúdame amigo.
-No, porque cuando a mí me perseguían no me ayudaste.
-Perdón.
-¡No!
Y el conejo aprendió una lección.
“Todo crimen se paga”
Un día a un pato lo perseguía un cazador porque era temporada de pato y entró en la madriguera del conejo y le dijo:
-Vete de aquí.
-Pero ¡me están persiguiendo!
-No importa vete.
Y el conejo se fue y por suerte no lo cazaron.
Otro día era temporada de conejo y el conejo fue al nido del pato y le dijo:
-Ayúdame amigo.
-No, porque cuando a mí me perseguían no me ayudaste.
-Perdón.
-¡No!
Y el conejo aprendió una lección.
“Todo crimen se paga”
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