Había una vez dos perros que se llamaban Mario y Lucí. Ellos encontraron una mansión y se separaron. La puerta estaba cerrada y no podía entrar. Un fantasma lo rozó y desapareció, dejó una llave y se fue
Lucí abrió la puerta y apareció un fantasma con Mario. Lucí salvó a Mario y salieron corriendo.
Moraleja: no entren a lugares desconocidos.
Lucí abrió la puerta y apareció un fantasma con Mario. Lucí salvó a Mario y salieron corriendo.
Moraleja: no entren a lugares desconocidos.
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